Hemos legado a la parte 12 de la historia del cuidado de la piel en Italia. Esta etapa la compone “La Baja Edad Media y el Renacimiento italiano”. En este periodo hay grandes descubrimientos, entre ellos los cuidados de la piel que hasta la fecha algunos perduran.
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Sonríe como la Mona Lisa
Si bien el feudalismo medieval continuó en la mayor parte de Europa. En el siglo XIII se produjo un renacimiento cultural en Italia llamado acertadamente el Renacimiento. Este período vio florecer la cultura de una manera que no lo había hecho desde la época del Imperio Romano.
De hecho, el Renacimiento comenzó como una revitalización de la cultura clásica, inspirada en el descubrimiento de grandes monumentos romanos que habían estado enterrados durante siglos.
Durante este período, las personas de las ciudades de Italia como Florencia y Roma. Intentaron recrear lo que creían que era el periodo de la auténtica sociedad clásica. Alentaron la filosofía, la invención y las artes. Este movimiento dio origen a muchos hombres renacentistas con múltiples talentos, como Miguel Ángel y Leonardo da Vinci.
No necesita buscar más allá del arte del Renacimiento para ver los ideales de belleza femenina de la época. Los retratos muestran a mujeres con túnicas sueltas. Su piel es pálida, sus mejillas son brillantes y sus labios a menudo son de color rojo oscuro.
La mujer perfecta del Renacimiento era algo voluptuosa. Aunque los vestidos que utilizaban eran holgados, su material ligero y pegajoso, revelaba mucho más de su cuerpo de lo que se permitía durante la Edad Media.
A pesar de la ropa más reveladora, la cara, y especialmente la frente. Continuaron siendo el punto focal del cuerpo. También fue la parte del cuerpo que recibió la mayor atención en forma de productos para el cuidado de la piel y cosméticos.
Un resplandor efervescente
Muchos materiales utilizados en este período se consideran en su mayoría tóxicos hoy en día. Sin embargo, las mujeres creían que estaban usando polvos y minerales naturales para aclarar sus caras y dar a su piel un brillo efervescente.
Como había sido el caso durante siglos, una tez pálida todavía se consideraba un signo de riqueza y belleza. Las mujeres del Renacimiento no tenían ninguna forma de blanquear permanentemente su piel.
Los regímenes de cuidado de la piel en la era renacentista. Incluían blanquearse la cara con varios polvos blancos. El plomo blanco y la tiza seguían siendo dos de los ingredientes más comunes en los polvos faciales, y algunas mujeres incluso intentaron aclarar su piel con polvo de arsénico.
Una vez que la tez se encuentre en un tono pálido perfecto. Las mujeres italianas aplicaban una serie polvos para resaltar sus mejillas, labios y línea del busto. El mercurio plateado a menudo se mezclaba con plomo o tiza y se aplicaba sobre las manzanas de las mejillas.
Para los labios usaban una sustancia roja que estaba hecha de cinabrio, llamado Bermellón. Los labios de color rojo intenso se consideraba modernos, pero era aceptable tener los labios naturales o ligeramente teñidos.
Las mujeres continuaron con el delineado de cabello y cejas para obtener una frente suave y expansiva. Para combatir cualquier signo de enrojecimiento o irritación, frotarían piedras pómez a lo largo de la línea del cabello.
Limpieza: una preocupación artística en la historia del cuidado de la piel en Italia
A lo largo del Renacimiento, la limpieza y la higiene comenzaron a ser temas cada vez más comunes en pinturas y literatura. Un cuerpo limpio a menudo se usaba como metáfora de un espíritu limpio.
Alternativamente, la letrina se convirtió en un signo de suciedad y a menudo se usaba como una metáfora de la bajeza ética. No es sorprendente que los ciudadanos de la Italia del Renacimiento estuvieran obsesionados con la higiene.
Estos fueron temas de gran preocupación para muchos artistas y filósofos del Renacimiento. Ellos modelaron su sociedad con los romanos, que habían sido legendarios por sus rituales de baño. Sin embargo, la limpieza no solo era una metáfora artística, sino una preocupación práctica.
Italia había sobrevivido a varios brotes de peste y mantenerse libre de gérmenes en ese momento era una cuestión de vida o muerte. Además, muchas personas se esforzaron por vivir las filosofías que se exploraron en el arte de la época. El baño frecuente era un signo de dignidad y distinción social.
La historia del cuidado de la piel en Italia y sus tratamientos durante el Renacimiento italiano fueron, en la práctica, muy similares a lo que habían sido durante la Edad Media.
Los rituales de baño eran similares, los productos para el cuidado de la piel y los cosméticos. Sin embargo, lo que había cambiado era la actitud hacia estas prácticas.
Mientras que las mujeres medievales habían visto los cosméticos simplemente como una forma de parecer más atractivas, las mujeres del Renacimiento se esforzaron por lograr trascender y que combinara a la filosofía clásica y al arte con la belleza física y la distinción humana.