Descubre si tienes espíritu emprendedor

¿Eres fanático de las historias de pobreza a riqueza? ¿Tu lista de héroes personales está llena de individuos hechos a sí mismos? ¿Sospechas que podrías estar destinado a ser propietario de una pequeña empresa? Incluso si estás sentado en un cubículo leyendo esto en este momento, podrías tener un “espíritu emprendedor“.

Mucha gente viene a mis talleres describiendo una sensación de estar harto de sus trabajos. Durante años, sospeché firmemente que hay muchas, muchas más personas en la fuerza laboral que sienten lo mismo y simplemente no reconocen lo que está sucediendo. Sus sentimientos de disgusto en realidad pueden ser los primeros movimientos del espíritu emprendedor.

Aquí hay un pequeño cuestionario para ver si tal vez estás al borde de una nueva fase de la vida como dueño de un futuro negocio.

Como trabajador promedio…

  • En lugar de memorizar todos los pasos de una rutina de oficina, ¿te encuentras pensando en formas mejores y más eficientes para realizar la tarea?
  • Cuando conduces por un edificio en ruinas o ves un espacio vacío en el complejo de tu oficina, piensas: “¿Por qué alguien no pone allí una tienda de tacos”? (o reparación de computadoras o cibercafé o …)
  • ¿Te levantas de la cama con una sensación de temor en los días de trabajo?
  • ¿Hay algún cuaderno o archivo de computadora en algún lugar de tu casa lleno de ideas de negocios?
  • ¿Estás listo para tener más control sobre tu trabajo y beneficiarte más directamente de tus esfuerzos e ideas?

Si respondiste afirmativamente a todas o incluso a la mayoría de estas preguntas, es posible que desees considerar la iniciativa empresarial.

Hay un dicho: “por eso lo llaman trabajo”, que se utiliza para justificar la existencia de trabajos miserables y permitir que las personas se sientan miserables en los trabajos equivocados. Ahora, administrar tu propio negocio no hará que todos los días se sientan como vacaciones. Sin embargo, para las personas que están destinadas a ser emprendedores, nada más servirá.

Las largas horas y las dificultades iniciales son un pequeño precio a pagar por la flexibilidad y la satisfacción que conlleva administrar tu propia empresa.

¿Qué puedes hacer si crees que tal vez tienes espíritu emprendedor?

1. Dedica un tiempo a establecer contactos, hablar y observar a los empresarios que conoces.
2. Lee e investiga el negocio o la industria que te interesa.
3. Toma una clase o taller sobre emprendimiento.
4. Programa una cita con un entrenador de negocios, un centro de desarrollo de pequeñas empresas o un voluntario Score para discutir tu estrategia de negocio.
5. Revisa tus finanzas personales y discute tu idea con tu familia.

Y tal vez … lanzar un nuevo negocio.

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